Desde ese profundo, inefable y mágico poder, continuamos con más oraciones a la Madre de las Madres, oraciones provenientes de diferentes culturas. Aunque hoy, por ser la festividad de la Virgen del Carmen, vamos a darle una orientación más cristiana.
La Virgen del Carmen es la patrona de los marineros. Todos somos "marineros" de alguna forma y navegamos en nuestra embarcación por el agitado mar de este mundo convulso. Es preciso aprender a navegar en medio de las tempestades y tormentas nocturnas de este terrible océano, sin sucumbir, para llegar al puerto de la liberación. Para ello, necesitamos la ayuda, la advocación y la guÃa de esa "estella maris" de la Virgen del Carmen, que es la luz más brillante en medio de la noche y la tormenta. Entre el oscuro cielo de la tempestad, se divisa esa estrella que siempre nos sonrÃe.
En uno de los axiomas del Conde Saint Germain se puede leer: " El viento y las olas siempre favorecen al que sabe navegar"
"SÚPLICA PARA TIEMPOS DIFÃCILES
Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma:sálvame.
En mis desaciertos: ilumÃname
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anÃmame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difÃciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recÃbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros, los que tenemos el yo pecador,
ahora y en la hora de la muerte de nuestros pecados.
Amen.
Los enemigos del alma, que antes se han dicho, no están fuera de nosotros. Están dentro. No debemos de proyectar nuestros odios hacia nadie, sino comprender que cada vez que sentimos odio hacia alguien, la causa, la raÃz de ese mal es interno en nosotros y somos nosotros, y no los demás, los que deben de cambiar. De esta forma practicaremos el amor universal hacia la humanidad, y todas las personas, las buenas y las malas, nos servirán de espejo, en el que podremos aprender a autodescubrir que es lo que emerge de nuestro interior en el trato con la sociedad. Cada mal pensamiento, mal sentimiento, cada defecto, bien sea de rabia, ira, orgullo, superioridad, codicia, violencia, lujuria... etc... que surja en nosotros, es "un enemigo del alma", y la causa de ese enemigo del alma no esta fuera sino dentro, pues es una cuestión de actitud; y es desde dentro como se debe de arreglar. Estos "enemigos de alma" son los "yoes pecadores", las olas y los nubarrones violentos que amenazan con hacer zozobrar nuestra embarcación. Por eso debemos de mirar a nuestra "stella maris", a nuestra Madre Divina interior, y suplicarla, con fuerza y con fe, cada vez que en forma de pensamiento, sentimiento o acción, surjan esos defectos: "MADRE MÃA, SÃCAME ESE DEFECTO Y DESINTÉGRAMELO". Si hacemos siempre esto, aunado con la fuerza de voluntad, muchas veces a lo largo de la vida, siempre que sintamos que las fuerzas y energÃas más bajas intentan hacerse dueños de nosotros, lograremos mantener el equilibrio y nuestra embarcación siempre será sostenida.
"Tengo una estrella en el cielo
que me está mirando,
si mi destino es ocuro
ella me alumbrará.
Por ella estoy sufriendo,
estrellita linda,
déjame besar tus labios
Chiqui chiqui chiquitina
como las estrellas.
Chiqui chiqui chiquitina.
ámame, y serás muy feliz."
Canción indÃgena americana
"Flor del Carmelo, Viña florida,
Esplendor del Cielo, Virgen fecunda y singular.
On, Madre Tierna, sin tacha de hombre,
a los carmelitas, proteja tu nombre,
Estrella del Mar."
La Virgen del Carmen es también la patrona de los carmelitas y la de todas aquellas personas de espÃritu anacoreta, solitario y contemplativo; que no tienen miedo de buscar a Dios en la Soledad, que saben como conducir una pequeña barca individual por este mar embravecido del mundo, y que ascienden en Soledad por la senda estrella que asciende al Monte Carmelo, donde no hay nada a lo que asirse. El único asimiento que tiene el escalador de este Camino es la Madre Divina.
"MARÃA MADRE DEL SILENCIO
Madre de nuestro silencio,
tesoro de calma y serenidad,
te amamos por tu rostro lleno de Luz,
por tu mirada llena de ternura,
por lo profundo de tus palabras silenciosas,
por tu transparente disponibilidad.
Que en nuestras tareas cotidianas
nos abras a lo profundo de las cosas que no se ven,
nos ilumines con tu luz transparente,
nos ensanches el corazón con el amor
y la verdad de lo que es importante,
nos contagies tu disponibilidad
ante las sorpresas de Dios.
Madre del silencio,
enséñanos a callar...
enséñanos a contemplar..."
J.M. Márquez
"Queremos practicar el silencio interior en relación con algo que ya esté en la mente, persona, suceso, asunto propio o ajeno, lo que nos contaron, lo que hizo fulano, etc., pero sin tocarlo con la lengua interior, sin discurso Ãntimo...
Aprender a callar no solamente con la lengua exterior, sino también, además, con la lengua secreta, interna, resulta extraordinario, maravilloso.
Muchos callan exteriormente, más con su lengua interior desollan vivo al prójimo. La charla interior venenosa y malévola, produce confusión interior." Samael Aun Weor
"La mayor necesidad que tenemos es del callar a este gran Dios con el espÃritu y con la lengua, cuyo lenguaje que Él oye solo es el callado amor." San Juan de la Cruz
"Oración en el Trabajo psicológico es fundamental para la disolución. (del yo egoista). Necesitamos de un poder superior a la mente, si es que en realidad deseamos desintegrar tal o cual "yo"(...)
Orar es platicar con Dios. Nosotros debemos apelar a Dios Madre en nuestra intimidad si es que en verdad queremos desintegrar "yoes" (defectos o enemigos del alma, como hemos dicho), quien no ama a su Madre, el hijo ingrato, fracasará en el Trabajo sobre si mismo." Samael Aun Weor.
"Cuando lucho, Madre querida, en el combate, tú fortaleces mi corazón." Santa Teresita de Lisieux