"Dichoso el corazón enamorado" (Santa Teresa de Jesús)

Nunca he alentado excesivamente al hombre a mirar hacia fuera sino más bien hacia su interior. No me han preocupado demasiado los "fenómenos externos" que atraen las miradas de los curiosos, sino la observación de los "fenómenos internos". Considero más importante el desarrollo de los "sentidos interiores del alma" antes que el cultivo de cosas que inevitablemente pasan por los sentidos exteriores. Nunca le he pedido a Dios "milagros exteriores" para justificar la fe sino que las personas puedan, por el cultivo de su interior, descubrir el milagro de que todos llevamos la divinidad en nuestro psicología y esta puede percibirse muy bien con los ojos cerrados mediante la oración y la alerta percepción espiritual. Esa "fe" de los ojos cerrados, del que "cree sin ver" pero sí con sentimiento y experiencia directa de la vivencia mística interior, sería para mí el milagro más grande que la divinidad podría concedernos. Pero a pesar de todo, y como este mundo transitorio y relativo también es un reflejo de la Totalidad y Omnipresencia Divina, es obvio que también podemos abrir los ojos de vez en cuando y encontrarnos ecos de esa Realidad tan inmensa que se desenvuelve en todos los planos de la existencia y a veces se deja "ver" por este mundo tridimensional en el que vivimos para hacernos un guiño, un regalito, para ayudarnos a recordarla más fácilmente. Hay muchas formas relativas de las que la Divinidad se viste para recordárnoslo: las flores, los pájaros, las montañas, las estrellas... y a veces también...¡las naves extraterrestres! Por eso quisiera dar a conocer a través de este blog unos trabajos sobre naves extraterrestres que favorecen este recuerdo íntimo enormemente. Espero que os gusten y os sirvan de provecho en vuestra búsqueda espiritual.