Indagando en el estudio de todas las personas que han intentado acercarse a la Ãntima vivencia mÃstica de la comunión divina, llegó a mi conocimiento la figura de Juan Casiano. Nació hacia el año 360 d.d. C. en el mar Negro, en Constanza, la actual RumanÃa.
Este monje de temperamento mÃstico e inclinado intensamente hacia la vida contemplativa posee algunos escritos en los que da consejos sobre como orientar correctamente la contemplación de lo divino. En uno de ellos, aconseja repetir de forma constante algunas fórmulas de "oración" para ayudar a la persona a atraer hacia sà un estado elevado que favorezca la toma de conciencia y la autoobservación. Analicemos pues sus escritos:
"Tenéis que recibir la fórmula de la contemplación espiritual en la que siempre habéis de fijar vuestra mirada, con lo cual vais a aprender a usarla ininterrumpidamente y mediante su uso y meditación os elevaréis a una contemplación más alta.(...)"
"Oh, Dios, acude en mi ayuda, Señor, date prisa en socorrerme.
La meditación de este verso debe moverse ininterrumpidamente en tu corazón(volvatur). No dejes de rezarlo durante cualquier tarea o servicio y durante el camino. MedÃtalo durante el sueño y a la hora de comer y en las dificultades máximas que pueda padecer el cuerpo. Este moverlo en el corazón te resultará cual fórmula curativa poderosa, purificándote también de todos los vicios contagiosos de lo mundano y guiándote a la contemplación celeste invisible (theoria), arrastrándote también al ardor inefable de la oración que sólo muy pocos experimentan. ¡EscrÃbelo en el umbral y la puerta de tu boca! EscrÃbelo en las paredes de tu casa y en el interior de tu corazón, de manera que cuando te postres para orar sea tu canto y cuando te levantes para dedicarte a las tareas necesarias de la vida, sea tu oración sincera y constante." Juan Casiano
Esta fórmula se utiliza siempre como introducción a los diferentes oficios de oración pertenecientes a la liturgia de las horas de la tradición cristiana.
Es obvio, que aquel que busca sinceramente el avance espiritual, necesita habituarse a vivir en un estado constante de Ãntima vigilancia y contemplación espiritual desde el que abordar los diferentes desafÃos de la vida. Esto no es fácil y se necesita mucho trabajo y constancia en lograr ese estado. Para eso tenemos las prácticas de meditación y concentración que debemos usar regularmente. Pero también aquellas que podemos aplicar mientras realizamos otras actividades y cumplimos con nuestras responsabilidades en la vida diaria. Tomar conciencia, inhalar profundamente y repetirse mentalmente esta fórmula, sin caer en la mera repetición mecánica de un verso, es algo que puede favorecernos. O al menos, según mi experiencia, asà es.
Es algo similar a la repetición del verso: "Madre mÃa, sácame este defecto y desintégramelo.", que debemos enunciar cada vez que sintamos que alguna actitud mental, emocional, actitudinal o de acción, intenta desviarnos del estado de contemplación, despertar interno y paz desde el cual debemos dominar el recorrido de la vida.
Esta repetición de fórmulas y mantrams de oración está muy arraigado en las religiones orientales, pero como vemos, en la tradición occidental y el cristianismo también se utilizan, lo cual demuestra que la mÃstica une tradiciones de épocas y culturas muy distantes.
En las palabras de Juan Casiano, se hace también un pequeño acercamiento hacia el desdoblamiento astral, conocido también como "el yoga de los sueños" en otras tradiciones culturales.
"Que te coja el sueño en medio de la meditación de este verso hasta que te hayas habituado a orarlo incluso durante el sueño (¡decantare!)"
Aquà la palabra "sueño" no se refiere al "sueño de la conciencia" cuando esta no está activada mediante técnicas adecuadas de meditación, sino al "sueño" común mediante el cual dejamos descansar nuestro cuerpo fÃsico. Cuando "el despertar de la conciencia" acontece en el momento del tránsito en que pasamos del fÃsico al "plano de los sueños" se produce "el desdoblamiento astral." No es el propósito de este post analizar en profundidad esta técnica. Simplemente hacer una pequeña reseña. Para los que estéis más interesados en su conocimiento, práctica y profundización recomiendo la lectura de mis libros "Elévate más allá de las formas." y "El beso del Sol."
Por mi parte, puedo dar testimonio de que la repetición de dicho verso me ayuda a atraer hacia mi, un estado más favorable para practicar la auto-observación y la plenitud de la consciencia. Aunque cuando lo repito hago una pequeña variante. Yo prefiero decir:
"Señor Dios, Adonay Tetragrammatón, ven en mi auxilio; date prisa en socorrerme."
Esta fórmula no sólo nos favorece la Ãntima recordación. Es una manera de atraer la necesaria protección que aporta un estado más elevado de conciencia, al vernos más libres de la influencia que estados negativos psicológicos o de acción, puedan acarrearnos.
Recuérdatelo a ti mismo regularmente, repetidamente, pero sin caer en una mecanicidad falta de sentido y devoción. Siéntelo a modo de "toque delicado" para usar una terminologÃa sanjuanista. Como si estas palabras fueran las flores que un amante regala a su novia regularmente para atraer su corazón. Que te resulte suave, agradable, placentero, iniciar esa búsqueda de Dios hasta que esa vivencia cobre tanta fuerza en tu interior que ya nada pueda arrastrarte a estados más bajos. Que "el conquistador de Dios conquistado por Dios mismo" ya no pueda resistirse a otra cosa que vivir en la comunión divina.
Espero que estas pequeñas cosas cosas que publico en mi blog puedan ayudar a aquellos que trabajan por el despertar de la conciencia de la misma manera que me ayudan a mÃ. Si asà lo consideras y tu práctica te lo confirma, compártelo y difúndelo.
